Esos terribles viajes espaciales (I)
Para los que creen que somos visitados por seres extraterrestres no es difícil imaginar a éstos viajando por las estrellas, pasando por multitud de planetas y conociendo muchas otras civilizaciones presentes en los innumerables sistemas solares de nuestra galaxia y otras.
Sin embargo, llevar a la práctica este tipo de viajes espaciales presenta importantes problemas que no lo son sólo para nuestra “primitiva” ciencia, sino que lo será para cualquier otra civilización o supercivilización del cosmos. Hasta el hartazgo podemos leer la sentencia: “el problema es la energía”.
Pongámonos en el papel de una civilización muy avanzada que contase con una tecnología muy superior a la nuestra. Viajan dentro de su sistema solar, visitando el resto de planetas y, por qué no, terraformándolos y explotando sus recursos. Un buen día localizan nuestro mundo con su programa de detección de planetas extrapolares y deciden venir a estudiarnos. Su bandera no incluye barras y estrellas de modo que la invasión y conquista ni siquiera pasan por sus desarrolladas mentes. Además, el hidrógeno para fusión es omnipresente en el universo que conocen y tampoco creen que haya depósitos de antimateria en nuestro subsuelo, con lo que sus necesidades energéticas no necesitan de incursiones agresivas en nuestro sistema solar. Su viaje es, por tanto, exclusivamente científico.
Su estrella de procedencia es Zeta 1 Retículo, omnipresente en los relatos sobre abducciones, que es de tipo G2V al igual que el sol, y tiene una luminosidad del 75% de éste. Está situada a 40 años luz aproximadamente. Parece fácil su viaje, pero en realidad presenta varios y muy graves inconvenientes. El primero de ellos es la distancia que, aunque por su número parece escasa, es abrumadoramente grande.
Imaginemos una canica de 1 cm de diámetro situada en el centro de Madrid. Si ésta fuese nuestro sol, cada año luz equivaldría a 63 kilómetros. Zeta 1 Retículo estaría situada a 2.520 kilómetros de él y con nuestra tecnología actual tardaríamos casi 800.000 años en alcanzarla. Una cifra nada despreciable.
Pero dado que a estos seres de Zeta Retículi los presumimos mucho más avanzados, supongamos que han desarrollado la tecnología de fusión de hidrógeno y han salvado los muchos problemas que plantea. Tienen máquinas que funcionan con la misma energía que las estrellas… lo que suena fantástico pero tampoco resulta significativo. De hecho, la fusión de hidrógeno tiene grandes limitaciones y lo vamos a comprobar con unos sencillos cálculos.
A grandes rasgos y sin entrar en detalles, la fusión consiste en unir átomos de hidrógeno para que formen otros de helio. Dado que un átomo de helio pesa menos que los dos de hidrógeno necesarios para producirlo, se pierde una cantidad x de energía. Y esa energía asciende a 600 millones de julios por cada gramo de hidrógeno, que se presupone servirían para impulsar el helio resultante a través de una tobera a modo de cohete.
De hecho, no conocemos otra forma de desplazarnos por el universo a altas velocidades, que no fuese expulsando una determinada cantidad de masa con una dirección contraria a la del movimiento deseado. Así, la velocidad de la materia expulsada condiciona la máxima que podría alcanzar nuestro aparato. Igualmente, la cantidad de masa (la rapidez con la que “quemamos” el combustible) determina la aceleración conseguida y ésta es el primer problema.
Dado que no existe gravedad en el espacio exterior (tal y como la conocemos en la tierra), cualquier aceleración produce un estado gravitatorio. Así, si imprimimos a la nave espacial una aceleración de 9,8 m/s2 los tripulantes creerán estar en un entorno similar al de la Tierra. El problema es que nuestro organismo no soportaría un exceso de gravedad por un período prolongado de tiempo. Así, lo aconsejable sería adoptar 1g (9,8 m/s2) de aceleración hasta alcanzar la velocidad máxima posible en nuestro aparato. Eso puede llevarnos tiempo, pero para saber cuánto, tenemos que conocer cuánto vale esa velocidad.
Sin embargo, llevar a la práctica este tipo de viajes espaciales presenta importantes problemas que no lo son sólo para nuestra “primitiva” ciencia, sino que lo será para cualquier otra civilización o supercivilización del cosmos. Hasta el hartazgo podemos leer la sentencia: “el problema es la energía”.
Pongámonos en el papel de una civilización muy avanzada que contase con una tecnología muy superior a la nuestra. Viajan dentro de su sistema solar, visitando el resto de planetas y, por qué no, terraformándolos y explotando sus recursos. Un buen día localizan nuestro mundo con su programa de detección de planetas extrapolares y deciden venir a estudiarnos. Su bandera no incluye barras y estrellas de modo que la invasión y conquista ni siquiera pasan por sus desarrolladas mentes. Además, el hidrógeno para fusión es omnipresente en el universo que conocen y tampoco creen que haya depósitos de antimateria en nuestro subsuelo, con lo que sus necesidades energéticas no necesitan de incursiones agresivas en nuestro sistema solar. Su viaje es, por tanto, exclusivamente científico.
Su estrella de procedencia es Zeta 1 Retículo, omnipresente en los relatos sobre abducciones, que es de tipo G2V al igual que el sol, y tiene una luminosidad del 75% de éste. Está situada a 40 años luz aproximadamente. Parece fácil su viaje, pero en realidad presenta varios y muy graves inconvenientes. El primero de ellos es la distancia que, aunque por su número parece escasa, es abrumadoramente grande.
Imaginemos una canica de 1 cm de diámetro situada en el centro de Madrid. Si ésta fuese nuestro sol, cada año luz equivaldría a 63 kilómetros. Zeta 1 Retículo estaría situada a 2.520 kilómetros de él y con nuestra tecnología actual tardaríamos casi 800.000 años en alcanzarla. Una cifra nada despreciable.
Pero dado que a estos seres de Zeta Retículi los presumimos mucho más avanzados, supongamos que han desarrollado la tecnología de fusión de hidrógeno y han salvado los muchos problemas que plantea. Tienen máquinas que funcionan con la misma energía que las estrellas… lo que suena fantástico pero tampoco resulta significativo. De hecho, la fusión de hidrógeno tiene grandes limitaciones y lo vamos a comprobar con unos sencillos cálculos.
A grandes rasgos y sin entrar en detalles, la fusión consiste en unir átomos de hidrógeno para que formen otros de helio. Dado que un átomo de helio pesa menos que los dos de hidrógeno necesarios para producirlo, se pierde una cantidad x de energía. Y esa energía asciende a 600 millones de julios por cada gramo de hidrógeno, que se presupone servirían para impulsar el helio resultante a través de una tobera a modo de cohete.
De hecho, no conocemos otra forma de desplazarnos por el universo a altas velocidades, que no fuese expulsando una determinada cantidad de masa con una dirección contraria a la del movimiento deseado. Así, la velocidad de la materia expulsada condiciona la máxima que podría alcanzar nuestro aparato. Igualmente, la cantidad de masa (la rapidez con la que “quemamos” el combustible) determina la aceleración conseguida y ésta es el primer problema.
Dado que no existe gravedad en el espacio exterior (tal y como la conocemos en la tierra), cualquier aceleración produce un estado gravitatorio. Así, si imprimimos a la nave espacial una aceleración de 9,8 m/s2 los tripulantes creerán estar en un entorno similar al de la Tierra. El problema es que nuestro organismo no soportaría un exceso de gravedad por un período prolongado de tiempo. Así, lo aconsejable sería adoptar 1g (9,8 m/s2) de aceleración hasta alcanzar la velocidad máxima posible en nuestro aparato. Eso puede llevarnos tiempo, pero para saber cuánto, tenemos que conocer cuánto vale esa velocidad.
EL COMBUSTIBLE
Supongamos que el navío de los alienígenas es un disco de pocos metros de diámetro, apto para tres tripulantes científicos que componen una avanzadilla para un primer contacto. Su masa es de 100 toneladas, una cifra extremadamente optimista. Tengamos en cuenta que 1 metro cúbico de un metal ligero, como el aluminio, pesa 2.700 kilogramos. Y un metro cúbico no da para mucho fuselaje…
El combustible es hidrógeno, y éste tiene una densidad de 0,071 gr/cm3. Es decir, que en un depósito de 1 m3 hay capacidad para 71 kg, al contrario de lo que sucedería si se llenase de agua de la cual cabrían aproximadamente 1.000 kgs. El depósito ocupa 50 m3, que es más o menos el volumen total de un salón de una vivienda mediana. Por lo tanto, la capacidad del mismo es de 3.550 kg de hidrógeno.
Supongamos también que esta cantidad es tan sólo para el viaje de ida hacia la tierra, y que una vez aquí se aprovisionarían de idéntica cantidad en el momento de su partida. En el espacio exterior es necesaria una energía x para acelerar hasta una velocidad determinada, pero luego hay que frenar que no es más que una aceleración negativa y por lo tanto la energía requerida es similar. Descontaremos el detalle de que cuanto más combustible se gaste menos pesa la nave y menor es la energía necesaria, ya que con un peso de más de 100 toneladas la diferencia es insignificante.
Por lo tanto, los ingeniosos alienígenas disponen de 3.550 kgs para alcanzar una velocidad máxima que vamos a calcular. Pero la mitad de esta cantidad se reserva para la aceleración y otro tanto en la deceleración. Como cada kg de hidrógeno fusionado aporta 600.000 millones de julios, echamos mano de la física clásica para calcular cuál sería la velocidad máxima del aparato:
E = ½ · m · v2
1.065.000.000.000.000 julios = 50.000 kg · v2
v2 = 1.065.000.000.000.000 julios / 50.000 kg
v = raíz cuadrada (21.300.000.000)
v = 145.945,2 m/s
v= 146 km/s aproximadamente
Teniendo en cuenta una aceleración de 1g para simular gravedad terrestre, el período previo a un viaje a velocidad constante y bajo los efectos de la ingravidez sería:
v = a · t
145.945,2 m/s = 9,8 · t
t = 145.945,2 / 9,8
t = 14.892,37 segundos
Es decir, poco más de 4 horas. En todo ese tiempo, la nave espacial recorrería:
E = ½ · a · t2
E = 4,9 · 221.782.684,2169
E = 1.086.735.152,66281 m
E = 1.086.735,15 km
Es de suponer que esta misma distancia (aproximadamente) la necesitarían para cubrir en el período de deceleración, por lo que como 40 años luz equivalen a 378,17 ¡¡billones!! de kilómetros, le restamos los algo más de 2,17 millones empleados entre aceleración y deceleración y el resultado es la distancia que habría que recorrer a una velocidad constante de 146 km/s. El tiempo de viaje es, al final, de…¡¡¡más de 82.000 años!!!.
Nuestros vecinos de Zeta 1 Retículo, por lo tanto, lo tendrían más que difícil con esta tecnología.
EL MÁXIMO TEÓRICO
Debido a que la energía extraída en el proceso de fusión ha de usarse para acelerar el gas helio generado, la máxima velocidad que puede alcanzarse con un “motor” de hidrógeno sobrepasa por poco los 36.000 km/s. Podríamos pensar que en las características de la nave anterior hemos empleado unos cálculos muy conservadores y que, usando un máximo teórico, todo lo que el hidrógeno podría dar de sí, es posible calcular cuánto combustible debería llevar la nave alienígena para alcanzar tal velocidad y conseguiese ponerse en la órbita de nuestro planeta, en un plazo de ¡100 años!. No deja de ser una cifra considerable… Pero, ¿es posible?. Es menos que probable.
En un hipotético ingenio perfecto, de las 100 toneladas de masa que establecimos:
E = ½ m v2
E = 50.000 · 1.296.000.000.000.000
E = 64.800.000.000.000.000.000 julios
Y dado que un kg de hidrógeno puede producir 600.000 millones de julios, necesitaríamos:
E = 64.800.000.000.000.000.000 julios / 600.000.000.000 = 108.000.000 kg, unos 1.180 kg más si aplicamos los cálculos relativistas, en realidad.
Lo que supone ¡casi 1.100 veces más de lo que pesa la propia nave espacial!.
Para almacenar tal cantidad de hidrógeno, asimismo, y teniendo en cuenta que caben 0,071 kg por m3, se necesitaría un volumen de:
Volumen = 108.000.000 kg / 0,071 = 1.521.126.760 m3
Que viene a ser como ¡¡3500!! estadios de fútbol llenos a rebosar de hidrógeno. Y luego, añadamos el peso necesario para un envase donde almacenarlo… que aunque estuviese hecho de plástico sería monumental. Y peor aún: estas necesidades no cubren el proceso de deceleración: nuestros alienígenas no tendrían manera de frenar.
En cualquier caso y configuración, aún con un peso de la nave muy inferior, el depósito nunca sería menos de 3 veces mayor que el propio aparato, lo que hace al hidrógeno un combustible ideal para desplazarse dentro de un sistema solar, pero inservible para distancias interestelares. Un trayecto similar al existente entre la Tierra y Marte, de unos 120 millones de km por poner un número, necesitaría apenas 10 días. Pero nadie tiene tanto tiempo como para acometer uno hasta otras estrellas.
LA ANTIMATERIA
Si un gramo de hidrógeno fusionado aporta 600 millones de julios, el proceso de aniquilación mutua de materia y antimateria aporta casi 150.000 veces más. Con tal cantidad de energía, las velocidades pueden ser increíblemente elevadas. No hay forma de conseguir más energía en todo el universo.
Muchos hablan de que es posible acercarse todo lo que se quiera a la velocidad de la luz, pero esto es sólo en la teoría si tenemos en cuenta la masa a acelerar. Lanzar a un electrón a velocidades cuasiluz requiere ínfima energía (teóricamente, y al 100% de eficiencia caso que no se da). Pero hablamos de una nave espacial de decenas de toneladas.
Al aumentar la velocidad lo hace también la masa según lo descrito en la teoría de la relatividad, y por lo tanto, los requerimientos energéticos. Como la masa tiende a infinito, la energía también, de modo que se da por cierto que podemos acercarnos todo lo que queramos pero eso… es imposible materialmente hablando, ya que tarde o temprano tendríamos el mismo problema que con el hidrógeno, esto es que la cantidad a almacenar sería tan grande como miles y millones de campos de fútbol de volumen.
Para la nave anteriormente propuesta, con un peso de 100 toneladas, supongamos dos “depósitos” de materia y antimateria de 10.000 kg cada uno. En total, 20.000 kg a aniquilar. Ello nos permitiría alcanzar (usando las ecuaciones relativistas), poco más de 165.000 km/s, es decir unos 73 años de viaje, unos 61 para los viajeros si tenemos en cuenta la alteración relativista del tiempo. Y otro tanto para la vuelta.
Esto limita seriamente el radio de hipotéticos visitantes. Imaginemos una civilización al otro lado de la galaxia. Estos últimos tardarían casi 100.000 años en alcanzarnos. Y venir de otra galaxia como por ejemplo la de Andrómeda, requeriría unos 4 millones de años de la tierra, 3,3 millones para los viajeros.
Se da por supuesto que para cualquier viaje interestelar, que duraría años, los alienígenas tendrían que recurrir a la criogenización o cualquier otro sistema similar, ya que de lo contrario el almacenaje de víveres dispararía las necesidades de espacio y, por ende, de masa y energía. Y tampoco hemos hablado de la energía necesaria, que saldría también del combustible empleado, para mantener todos los sistemas de la nave. No servirían paneles solares a medio camino entre dos estrellas. Además, para evitar que una mota de polvo perforase el aparato de cabo a rabo, habría que disponerse un campo magnético lo suficientemente potente como para repeler cualquier posible partícula o cuerpo estelar.
Alcanzar velocidades lo suficientemente elevadas como para permitir un viaje en el cual el tiempo relativista jugase a favor del viajero (su tiempo de viaje de redujese drásticamente), como podrían ser 290.000 km/s, necesitaría de 300 toneladas de combustible, 3 veces más que la propia nave espacial. A esas velocidades, el tiempo del viajero se reduciría ¼, con lo que recorrer la distancia entre Zeta 1 Retículo y nuestro sol ocuparía unos 12 años. Sin embargo, las necesidades energéticas son brutales para una nave espacial, imposibles de subsanar por cuestiones principalmente de espacio y peso.
AISLADOS EN EL COSMOS
En definitiva, es posible que estemos aislados en un cosmos inmenso cuyas distancias son inaccesibles no solo para los medios materiales sino también, incluso para la imaginación. Pensemos por un momento que nuestra galaxia tiene un diámetro de 100.000 años luz, y que las galaxias cercanas lo están a varios millones. A su vez, se cree que existen al menos ¡¡50.000 millones!! de galaxias… y cada una podría contener más de 100.000 millones de estrellas de media.
Las posibilidades de que exista vida más allá son inmensas, tan abrumadoras que negarlas podría considerarse casi una blasfemia científica. Pero hablamos de probabilidades de vida, no de encontrarla.
Considero que no merece la pena ampliar los cálculos anteriores, ya que hablan por sí mismos y nos sumergen en una triste realidad.
Quizá algún día seamos visitados de forma puntual, nada se opone a esta idea. Pero ninguna civilización extraterrestre podría poner en marcha un plan logístico para operar aquí en nuestro planeta.
16 Comments:
Enhorabuena, los argumentos y la exposición son impecables. Un artículo digno a tener en cuenta. EL problema es intentar meterle eso en la cabezota a un magufo. yo lo he hecho varias veces y ¡tachaán! te salen con que doblan el espacio y se quedan tan anchos.
Y es que no se pueden ver pelis de Star Trek sin estar preparado.
Gracias, me pondré a trabajar en otro sobre la planicidad del espacio y otro "no como una casa" a los agujeros de gusano.
Cierto, el asunto de la estatocolectora lo dejé de la mano. No obstante lo anoto en la agenda, aunque las dimensiones de la misma plantea varias cuestiones. La primera es el tamaño, la segunda la densidad de hidrógeno por metro cúbico en el espacio. No sirven los planetas gaseosos ya que sería menos rentable parar y recolectar que seguir el camino...
Habría que tirar también de tecnologías magnéticas para recolectar una suficiente cantidad. Si no recuerdo mal se necesitaban varios cientos de años luz para recolectar una cantidad adecuada en línea recta.
Me comprometo a ello, gracias por el comentario.
Bienvenido al mundo de la blogosfera esta :)
y enhorabuena por una entrada tan buena. Te seguiré con asiduidad
el articulo peca deerrores conceptuales gravisimos, suposiciones injustificadas y ignorancia.
Los errores conceptuales gravisimos en la fusion de hidrogeno son:
1) Creer que la restriccion de velocidad para las particulas expelidas de helio implica una limitante para la velocidad de la nave.
2) Creer que toda la energía obtenida por fusion se convierte en energia cinetica de la nave. esto es imposible cuando la particulas propulsoras tienen masa, como ocurre con las particulas de helio. En verdad La eficiencia teorica de conversion de energia termica a energia cinetica es de carcater termodinamico y teoricamente no podria superar la eficiencia de Carnot. y la eficiencia de carnot simplemente NO puede ser 100%.
En cuanto al punto 1, en algunos días publicaré un pequeño ensayo en el cual demostraré que en la práctica es realmente imposible hacerlo. No se pueden hacer cálculos sobre una masa x sin contar con que la energía necesaria va a bordo.
Y en cuanto a la segunda cuestión, ya comenté en otros foros que hablamos de las condiciones más optimistas. Tal y como se discutió, incluso la masa de la nave es ridículamente baja, para facilitar que luego los locos y fanáticos no entrasen a criticar ese aspecto. Así pues, calculando con bajas masas y con eficiencias increíbles, se cierran puertas.
Lo que nadie puede pretender es que se escriba un libro en un blog, con cien mil detalles a modo de proyecto para alguna agencia espacial. Es, sencillamente, de locos.
Eres totalmente ignorante...
Bueno, creo que es interesante el articulo, sin envargo a medida que adelantamos en el conocimiento de la ciencia nos damos cuenta de situasciones no previstas y ademas que se salen de lo conocido para la mayoria de la gente sino es que para todos, dejemos esto para dentro de cincuenta años adelante y luego replanteamos el asunto.
es un articulo bastante impresionante, llenos de calculos etc etc y sobretodo de suposiciones. no solo le as puesto peso a la nave si no as dicho el problema de la aceleracion jajajja bueno puestos a invertarnos cosas (que es lo q as hecho) yo me inventare q esos chicos q quieren visitar nuestro planeta no solo dominan la antimateria sino q dominan el viaje atraves de lo los agujeros de gusano y realmente son tan rapidos q llegarian a la tierra antes de salir de su planeta y claro como q no se puede viajar mas rapido q la luz pues ellos lo an conseguido puesto q estamos inventando. otra cosa es para q querran venir aki???? si no somos capazes de llevarnos bien con la raza humana ( negros, orientales etc etc) como vamos a vivir en paz con extraterrestres y como nos van a dar la tecnologia para poder viajar si porpoco nos matamos cuando descubrimos la nuclear???? anda ya me e divertido bastante adeuuu
llegue por casualidad a este blog, y encontre temas muy interesantes, sin embargo me es algo decepcionante encontrar un grupito de gente algo "cerradita" por aqui la verdad que se extra�an a los genios de siglos anteriores con tremendos descubrimientos cuando los llamaban "locos", vamos gente, creo que no estan aqui para desmantelar todo tipo de "locura" creo que si esforzaran un poquito mas el cerebro podrian encontrar alguna posibilidad de que estos hechos se den, a ver si asi aportan algo ja ja. En fin, yo no descarto posibilidades, y aun sigo estudiando, pero si creo que nada es imposible, solo nos limita nuestro corto cerebro.
saludos.
Josue
Hola.
En primer lugar darte la enhorabuena por el artículo, me ha gustado mucho.
Desconozco la fiabilidad de tus cálculos, quizás grosso modo sean correctos, pero creo que es un tema mucho más complejo de lo que planteas.
Son muchas las ciencias y tecnologías que se aplicarían en un viaje de semejante calibre.
Si evolucionamos de manera positiva, en unos insignificantes 100 ó 200 años, por ejemplo, podemos dominar distintas tecnologías que, agrupadas, puedan hacer realidad el viaje a una estrella cercana.
Por ejemplo, en un futuro donde la nanotecnología haya ofrecido una segunda revolución industrial, en todos los campos, médico, genético, industrial, fusión de helio 3 y deuterio, optimización de materiales, construcción y fabricación en órbita, optimizando sus cualidades hasta puntos hoy casi inimaginables... podríamos construir una astronave capaz de alcanzar velocidades de fracciones de c, hibernar a sus tripulantes o llevar roboces humanizados que servirían de avanzadilla a nuevos mundos.
A partir de ahí, en otros cientos de años habríamos conquistado otro planeta, y tras 2000 años de la era "cristiana", es decir, aproximadamente en el año 4.000 DC, la humanidad podría haber colonizado más de un planeta, con cambios inimaginables a nivel tecnológico, físico, mental ,social... como los ocuridos hoy respecto al año cero.
Está claro que no es algo que se vaya a conseguir en décadas, y mucho menos de manera no escalonada y "a lo loco".
Finalmente, nuestro desconocimiento sobre el origen de la vida, y la existencia o no en otros planetas, así como la cantidad de teorías válidas, por ejemplo la panspermia, en la que la vida en la Tierra pudo estar inducida por bacterias extraterrestres, o simples cadenas de ARN, que vagaron durante miles de años en el interior de asteroides, hacen de todo esto algo infinitamente complicado y con un abanico de posibilidades enorme, algo imposible de resumir en un comentario de un blog, que por otra parte, como ya he expresado, agradezco y considero enriquecedor, no me malintrepetes.
Ha sido un placer,
gracias y un saludo.
...viaje interestelar(avanzado)... Todavía vamos demasiado lentos, pongamos en nuestra imaginaria máquina del Tiempo rumbo a un Futuro mucho más lejano...año...la Inmortalidad ya es un hecho...ya se ha descubierto la naturaleza de la Gravedad...y las naves van a una ACELERACIÓN CONSTANTE de miles de G (ya hace tiempo que aprendimos a hacer estructuras indestructibles, convenientemente aligeradas, no ya de moléculas y de átomos, sino directamente de quarks, los cuales unidos por gluones, energía pura, son inseparables e indestructibles), a velocidad hiperlumínica, manteniendo los compartimentos habitables a 1 G, con transformadores gravitatorios...estamos en miles de Planetas y preparándonos para saltar a Andrómeda... "Vaya estas vacaciones a algún espectacular planeta de la estrella Vega en Navidad y regrese en Año Nuevo"...
...viaje interestelar... a: los pasajeros suben en el ascensor-espacial hasta la nave que les espera en el asteroide Tutatis, al que colocamos hace ya tiempo en órbita geoestacionaria...LA NAVE DESPEGA►... b: 354 días a 1 G (9.8 mts/seg²) de ACELERACIÓN CONSTANTE (resuelto el problema ingravidez), la nave con sus poderosos motores cohete de Antimateria funcionando sin descanso... c1: la nave alcanza Velocidad-Luz y...desaparece...entrando en la "dimensión Supralumínica" en el "carril general" (compartido con la radiación electromagnética)... c2: la nave pasa al "carril especial Inteligencia" donde hay un vacío absoluto y perfecto, ya no hay colisiones contra nada...y sigue viaje a velocidad superlumínica... d: la nave alcanza la mitad del trayecto..."sras y sres cinturones por favor, durante unos minutos con los motores en Off estaremos en ingravidez durante la maniobra"...la nave gira 180º sobre su eje vertical...motores On de nuevo y empieza a frenar... end: la nave baja de velocidad-luz y...aparece...desciende de nuevo a la "dimensión Infralumínica"...354 días decelerando y la nave está a velocidad cero, el pasaje desembarca en destino, un planeta de la Alpha Centauri B.
"Es imposible que una máquina más pesada que el aire pueda volar" (lord Kelvin). Si, el insigne científico, uno de los principales físico-matemáticos de la Historia, el de la escala absoluta de temperaturas, los grados Kelvin. Cuantos hubo que creyeron estar en posesión de la verdad absoluta y se equivocaron (y eso que veía a los pájaros, que son más pesados que el aire, y ya en su época a Lilienthal que imitaba a los pájaros con sus planeadores). Los que se equivocan, son los que hacen las cosas. Los que nunca hacen nada, nunca se equivocan... Eso mismo pasa ahora con los conceptos Relativistas: Universo curvo, espacio-tiempo, espacio vacío que se expande, velocidad de la luz imposible de alcanzar, el tiempo que se contrae con el incremento de la velocidad, etc. También creen estar en posesión de la verdad ya definitiva (y eso que ven que es imposible condenar a la Humanidad a vagar indefinidamente por el Sistema Solar y nada más), pero el Tiempo y el Progreso, después de darles las gracias por los servicios prestados (e=mc²), también les dejará a un lado.
...viaje interestelar (inmortales)... Tampoco hará falta, si no queremos, viajar físicamente. "Solo" tendremos que dejar nuestro cuerpo, ya sin Memoria, "aparcado" aquí y emitir nuestra Memoria por radio-ondas, que viajará a la velocidad de la luz, para que al llegar al lugar de destino la vuelvan a grabar de nuevo en nuestro otro cuerpo de allí... ¿Hasta que punto estamos dispuestos a reconocer a un amigo que ha recibido un implante ortopédico tras un accidente?. ¿Hasta 1 pierna?...¿además de la pierna los 2 brazos?...¿además de esto el tórax?...¿además de esto...?, ¿hasta donde le seguimos considerando la misma persona?. En último término, fuera ya del cuerpo físico, queda la MEMORIA...que es, sencillamente, lo que nosotros/as somos(Heaven can wait: Warren Beatty, Julie Christie). Allá donde va nuestra Memoria...vamos nosotros con ella. Nosotros somos nuestra MEMORIA y nuestros GENES, que te hacen ser como eres y no de otra forma. Nuestro cuerpo sólo es el "automóvil" que nos transporta. Al dormir cada noche "desconectamos"...y al despertar cada mañana "conectamos"...y nos auto-reconocemos al instante. Si hubiéramos perdido la Memoria...habríamos dejado de existir para volver a comenzar desde cero. Lo mismo en nuestro propio cuerpo original, que en nuestro nuevo cuerpo...Terra Nova...ALLÁ VAMOS►
Me parece bastante gracioso que consideres factibles los motores de fusión o incluso los de antimateria, pero des por sentado que es imposible comprimir el hidrógeno aumentando su densidad energética. Creo que existe ya un sistema de almacenaje criogénico (apropiado para el fresquito del vacío interestelar) que ya se usa, y no solo en cohetes de la NASA, sino en un nuevo modelo de BMW. jejeje magufo tú!
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