viernes, diciembre 30, 2005

Crop-Man Circles

En una curiosa obra que tiene por título "La Tierra, ¿planeta experimental?" (Juan José Abad, Círculo de Amigos de la Historia, SA, Madrid 1977), encontré hoy una curiosa cita por cierto muy reveladora:

"[...] Antes de ser descubiertas las radio-ondas, el matemático Karl Friedrich Gauss idea un sistema para llamar la atención de los supuestos viajeros extraterrestres que, visto desde nuestros días puede mover a la hilaridad, pero que, no cabe duda, fue un paso adelante. Gauss eligió Siberia para realizar su proyecto. Éste consistía en formar un triángulo rectángulo con árboles de gigantesco tamaño y en el interior sembrar cebada que daría al conjunto un color uniforme. Presentó otras variantes sobre este proyecto, siempre dándole extrañas formas geométricas, por lo que se supone que este señor, además de presentir seres inteligentes fuera de nuestro planeta, imaginó que debían saber geometría. Similar al de Gauss es el proyecto presentado en Viena por el astrólogo Joseph Johann von Littrow; éste sugirió la conveniencia de abrir canales en el desierto del Sahara, formar con ellos gigantescas figuras geométricas (aproximadamente 30 metros por lado), y al llegar la noche verter petróleo en ellas y encenderlo. No hay duda de que a cualquier viajero nocturno le llenaría de asombro ver, en la inmensidad del desierto saharaui, la ilustración en fuego del famoso teorema de Pitágoras, por ejemplo".

Buscando información adicional he encontrado referencias a la misma historia en el blog El Beso en la Luna. Afortunadamente poseo la obra original mencionada (no será la única que habla de ello), con lo que la risa la tengo más asegurada, supongo. Decir que la relación de estos asuntos con los Crop-Circles es más que evidente, sobran las palabras. Mejor no comentarlo. Pero sí considero conveniente hacer alguna que otra observación.

Note el lector que, tal y como he resaltado en la cita anterior, el autor de la obra denomina a Littrow "astrólogo", cuando realmente era el Director del Observatorio de Viena. Eso es como decir que Fleming era un tarotista que descubrió la penicilina (eso sí, de forma accidental). Quizá Fleming, aunque lo dudo por su contrastada eminencia, se viese fascinado por las pseudociencias alguna vez en su vida, pero desde luego que no era tal.

Feliz fin de año, y comienzo del nuevo.