lunes, enero 02, 2006

El reloj se resistió

Menudo fue el chasco del mentalista cacereño Carlos Santillana con el reloj de la Puerta del Sol, durante los primeros segundos del 2006. Pretendía el "mago" pararlo durante algunos minutos para demostrar su habilidad mental, pero lo único que demostró fue, a mi juicio, una falta total de respeto hacia su público y también hacia el que no lo es. A pesar del bombo mediático, la relojería encargada del mantenimiento del reloj ya manifestó la imposibilidad técnica de que tal hazaña se llevase a cabo.

En estos asuntos siempre he creído que tomar por ciertos, de una forma literal, los envites de los mentalistas de medio mundo se parece bastante a esperar la noche del 24 junto a la ventana por si conseguimos dilucidar finalmente la existencia o no de Santa Klaus. Creo que la mayoría de la gente razonable ve a estos magníficos profesionales (con excepciones) como ilusionistas en extremo ingeniosos cuyo principal mérito está en plantear asuntos tan imposibles de resolver como de imaginar su propia resolución.

Sin embargo, entre las excepciones que menciono podría encasillar a Santillana. Es evidente, claro y meridiano, que no iba a poder cumplir su promesa. Entre la risa y la sorna estábamos el 31 por la noche esperando a la última campanada, no porque tuviésemos dudas, sino porque antes de calificar a algo o a alguien, o de actuar en consecuencia, hay confirmar que su comportamiento no ha sido ejemplar, metodología que por ejemplo no compartían Bush y los dos guiñoles que le acompañaron en su día allá por tierras portuguesas.

Lo que considero muy grave es que algunos, como Santillana, usen estos métodos para hacerse publicidad. Hoy por la mañana ya aparecía en Televisión Española afirmando que hará un nuevo intento. De pena. Por eso aún estoy dudando si cambiar el inicio de esta entrada ("Menudo chasco...") por otro más adecuado...

Similar decepción me llevé en su día con David Blaine. Los numeritos, más que números, de su documental "Magia callejera" pueden impresionarnos a todos vivamente la primera vez. Sin embargo, el desconcierto viene luego de revisar en qué consisten realmente, y no porque una vez aprendido el truco tengamos que quitarte el mérito al mago. Y es que Blaine utiliza trucos de cámara para su famosa levitación. Les invito a ver el documental y luego, a buscar en google "levitación de balducci", tras lo cual comprenderán rápidamente lo que digo.

Parece que algunos, en su ansia de abrirse paso, no tienen reparo alguno en utilizar todos los medios a su alcance. Ojo avisor, que no aparezca Santillana dentro de unos meses publicitando por sudamérica que paró el reloj de la Puerta del Sol.

1 Comments:

Blogger Alberto said...

La verdad, era de esperar... pero hubiera molado :)

9:28 p. m.  

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