Reflexiones (de los Martes)
Marte siempre ha estado en el candelero del maguferio. Aunque ya hace varias décadas que se dejó de creer que en el planeta rojo exista vida inteligente o animal, el asunto de la famosa “Cara de Marte” reavivó la llama de la locura de algunos que ven conspiraciones en todas partes.
Incluso hay webs dedicadas a encontrar estructuras en la Luna, Marte y cualquier cuerpo celeste fotografiado. Hangares, casas, fábricas y todo lo que indicase claramente la presencia pasada o presente de alguna civilización pensante.
Al parecer muchos olvidan que la famosa imagen de la “cara” fue puesta en circulación por la propia NASA, y no por algún trabajador descontento y seguro de una conspiración gubernamental al respecto. En su rectificación más actual, vemos lo que es una meseta que sin lugar a dudas refleja una estructura natural fácil de confundir cuando las bajas resoluciones y las sombras se alían.
Sin embargo, la moda magufa actual es denunciar que la NASA colorea las fotografías. Que Marte no es tan rojo, y si la institución norteamericana hace esto ha de tener algún tipo de intención oculta.
Obviamente, las imágenes en bruto no son en color. Ello supondría un aumento del tamaño de las imágenes (en información) y por ende, un menor número de transmitidas en un mismo plazo de tiempo. Esa y otras razones son la respuesta. En lugar de eso, la NASA prefiere interpretar las tonalidades de las instantáneas en base a un criterio lógico. Porque la lógica nos dice que Marte es rojo o, de lo contrario, entre mi telescopio y el planeta alguien ha debido poner un filtro kilométrico previsiblemente de cristal. Igualmente, el análisis de los minerales encontrados no deja lugar a dudas sobre su color.
Con Marte sucede como con la luna. Se dice que todo es un montaje, pero luego se recurre a las imágenes conseguidas para hablar de otras cosas. Así, el Spirit y el Opportunity han encontrado restos de muros, cabezas de toros que serían deidades marcianas, cúpulas, etc… Todo ello derivado del análisis de las mismas publicadas por la propia NASA, la que miente, encubre y mantiene una política de secretismo y manipulación. ¿Una suposición sobre una fotografía falsa no es una suposición falsa?.
En fin, Marte, cómo dejar de amarte. No sólo representas un intrigante pasado, y un hipotético fascinante futuro, sino también todo un misterio que no cede al paso de los años.
Incluso hay webs dedicadas a encontrar estructuras en la Luna, Marte y cualquier cuerpo celeste fotografiado. Hangares, casas, fábricas y todo lo que indicase claramente la presencia pasada o presente de alguna civilización pensante.
Al parecer muchos olvidan que la famosa imagen de la “cara” fue puesta en circulación por la propia NASA, y no por algún trabajador descontento y seguro de una conspiración gubernamental al respecto. En su rectificación más actual, vemos lo que es una meseta que sin lugar a dudas refleja una estructura natural fácil de confundir cuando las bajas resoluciones y las sombras se alían.
Sin embargo, la moda magufa actual es denunciar que la NASA colorea las fotografías. Que Marte no es tan rojo, y si la institución norteamericana hace esto ha de tener algún tipo de intención oculta.
Obviamente, las imágenes en bruto no son en color. Ello supondría un aumento del tamaño de las imágenes (en información) y por ende, un menor número de transmitidas en un mismo plazo de tiempo. Esa y otras razones son la respuesta. En lugar de eso, la NASA prefiere interpretar las tonalidades de las instantáneas en base a un criterio lógico. Porque la lógica nos dice que Marte es rojo o, de lo contrario, entre mi telescopio y el planeta alguien ha debido poner un filtro kilométrico previsiblemente de cristal. Igualmente, el análisis de los minerales encontrados no deja lugar a dudas sobre su color.
Con Marte sucede como con la luna. Se dice que todo es un montaje, pero luego se recurre a las imágenes conseguidas para hablar de otras cosas. Así, el Spirit y el Opportunity han encontrado restos de muros, cabezas de toros que serían deidades marcianas, cúpulas, etc… Todo ello derivado del análisis de las mismas publicadas por la propia NASA, la que miente, encubre y mantiene una política de secretismo y manipulación. ¿Una suposición sobre una fotografía falsa no es una suposición falsa?.
En fin, Marte, cómo dejar de amarte. No sólo representas un intrigante pasado, y un hipotético fascinante futuro, sino también todo un misterio que no cede al paso de los años.
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