miércoles, noviembre 16, 2005

Combatiendo las egiptopatrañas (IV de V)

EL HUEVO DE BENÍTEZ

Es famoso en España el huevo nubio mostrado por JJ Benítez en su serie de paradocumentales Planeta Encantado. En la imagen adjunta apreciamos claramente el dibujo del huevo de avestruz donde presuntamente se nos presenta al Nilo y las pirámides de Gizeh. Según los cantamañanas de turno “está datada de hace 7.000 años”, es decir, de aproximadamente el 5.000 aC. Nada más lejos de la realidad.

El tipo de dibujo sigue fielmente el estilo de la cultura de Naqada I, aproximadamente entre hacia el 3.500 aC. Sin embargo, es una obra posterior producto del comercio nubio, que refleja un estilo que debía gustar en aquella época muy posterior a esta fecha.

A primera vista llama la atención que el Nilo esté correctamente dibujado, pero que las “pirámides” no representen fielmente las proporciones de éstas. Es decir, la de Micerinos debería ser considerablemente más pequeña que las otras dos. Es necesario contar otra historia para resolver el misterio de este huevo de avestruz: la historia del Rey Escorpión y el nacimiento de las pirámides.

EL REY ESCORPIÓN
En el gráfico adjunto he distribuido el mismo en 4 tiras horizontales. La marcada con un 1 dentro del círculo muestra, de izquierda a derecha:

a) Tumba funeraria del famoso Rey Escorpión (en realidad, Escorpión II), el que abrió la puerta a la unificación.
b) Cetro del Rey Escorpión, datado con C-14 del 3.250 aC. Quedaos con la fecha.
c) Otras tumbas reales idénticas a las de Escorpión, posteriores, ya de la era dinástica (Dinastía I).

Ahora vamos a la segunda fila, donde encontramos:

a) Simulación en 3D de cómo se encontró la tumba real
b) Reconstrucción de cuál era su aspecto original
c) Reconstrucción de cómo la dejaron los egipcios

Aquí haremos un alto en el camino. Tenemos la tumba del Rey Escorpión y una explicación de cómo fue realizada. En ella encontraron muchas vasijas, gran cantidad de ellas importadas de Palestina (¡!), así como unas importantísimas fichas que luego describiré y que son de la fila 4. Por ahora vamos a la 3:

a) Aspecto de la tumba real de Hatsepmuy; a partir de su reinado dejaron de enterrarse a los reyes al estilo Escorpión, es decir tapando la estructura con tierra. Ahora se formaba un cubo superior. Había nacido la MASTABA (en árabe, “banco”).
b) Lo que ideó el genial Imhotep; una mastaba que era ornamentada con gran lujo.
c) Lo que se le ocurrió a éste después de añadir el ornamento; se le ocurre plantar otra pequeña mastaba superior, y otra… así hasta llegar a 6. Ha nacido la pirámide escalonada, la de Zoser. Sólo el primer escalón está ornamentado, incluso su techo, con lo cual sabemos que el añadirle pisos fue una idea posterior.

Y ahora, el que es quizá uno de los mayores descubrimientos de la historia. Las fichas, que nos llevarán camino al famoso huevo de avestruz, son la demostración de que la escritura pudo no haber nacido en Súmer, sino en Egipto. Un poco de historia: en Súmer comienza en la época de Jemdet Nasr, es decir, el 3.100 aC. Pero Escorpión, gracias al C-14, sabemos que vivió hacia el 3.250 aC, y esas fichas son de su tumba..
Antes de Escorpión no hubo en Egipto escritura alguna. Aparece de súbito, de repente, y bajo su reinado, cuando aún era rey sólo de uno de los dos imperios que pretendía unificar. Existe igualmente un grabado alusivo a él en medio del desierto; es la primera crónica histórica. En ella se nos dice que Horus-Escorpión (un halcón y un escorpión, junto a un hombre con la corona del Alto Egipto), conquistó el Bajo Egipto a golpe de batallas. Es la misma historia narrada en la famosa maza, pero muy anterior. Tanto, que es del 3250 aC también, aproximadamente, y describe una procesión posterior al triunfo.

Gunter Dreyer descubrió que si leemos los dibujos según se pronunciaría en egipcio, por decirlo así, obtenemos claros mensajes. Es decir, que estamos ante el comienzo de la escritura. Miremos la fila 4:

a) Abydos
b) Montañas de la Luz del Sol (Este)
c) Montañas de la Oscuridad (Oeste).

No perdamos de vista a las “montañitas”. Cuando son tres, la palabra significa “colinas” o “desierto”. Cuando son dos (o dos grupos de dos como se ve en la última imagen), significan “montañas”. Combinadas entre sí, las fichas de Escorpión nos decían de dónde venían ciertas mercancías, o dejaban constancia de los impuestos pagados, etc… Si venían “de la luz”, eran del Este, por donde sale el sol. Si venían de las montañas de la oscuridad, eran del Oeste, por donde se pone éste.

Las tres montañitas del huevo de avestruz representan colinas o desierto. Como no hay evidencia alguna de escritura anterior, es de suponer que lo que pretendía el autor del huevo sería dejar constancia de que ese tipo de ornamentación era originaria de las colinas, del desierto, de la oscuridad, es decir del OESTE, que es por donde se pone el sol. Efectivamente, las tres montañas están al margen derecho del Nilo, es decir al oeste, occidente, por donde se pone el sol. Hay muchísimas representaciones egipcias de este tipo, por lo cual está claro lo que quería expresar el autor del huevo.

En realidad el proceso de construcción de las pirámides no fue perdiendo calidad, como ya se dijo antes. Las mastabas están ahí; la de Imhotep por ejemplo demuestra que primero ideó un escalón, y luego se le ocurrió añadirle más para hacer algo aún más monumental para el rey. Eso nadie puede negarlo.

Pero la puntilla final a la teoría del huevo de avestruz representando pirámides, viene de la comparación de mapas.

Como podemos observar, el Nilo se corresponde plenamente por su forma. Pero curiosamente, su dibujo termina en Naqada. Y obsérvese la situación real de Gizeh, donde están las tres pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos. Queda muy lejos, ¿no?.

domingo, noviembre 13, 2005

Ni extraterrestres ni anunnakis (III de V)

Continúo con esta serie de análisis sobre la obra "El 12º Planeta", de Zecharía Sitchin.
En la página 154 se nos habla de la Torre de Babel en unos términos inauditos. La realidad es que esta leyenda parece tener su verdadero origen en la construcción del zigurat de Marduk en Babilonia, y el asunto de la confusión del lenguaje de los hombres pudo deberse a que el vigente gobernante usó mano de obra procedente de otros imperios de la zona.

El relato nos cuenta la soberbia y pretensión de unos hombres que quisieron hacerse famosos, fabricarse un “nombre”. Pero Sitchin va más allá y trata de persuadir al lector de que el término hebreo usado, “shem”, no era más que un ¡cohete! de varias fases, y no un “nombre”. Para ello, recurre a los orígenes de la palabra, que deriva del “sham” acadio (“nombre”) y del “mu” sumerio. Una vez llegados a ese punto, Sitchin establece que el pictograma sumerio originario se parecía a una cápsula espacial y que la palabra realmente tenía la connotación de “aquello por lo que se le conoce a uno”.

Primeramente tenemos que detenernos en el pasaje bíblico para comprender bien lo que nos narra, con su típica fantasía:

Génesis 11:4
“Después dijeron: Ea, vamos a edificarnos una ciudad y una torre con la cúspide en los cielos, y hagámonos famosos, por si nos desperdigamos por toda la haz de la tierra”

El “hagámonos famosos”, o “hagámonos un nombre”, no tiene explicación para Sitchin. El factor vanidad humana parece no existir para él. Hacerse un nombre; hacerse famoso, gracias a la construcción de un gran zigurat: ese era el objetivo de los babilónicos con su megaconstrucción dedicada a Marduk. Ser una civilización magnífica. Y lo consiguieron, ¿o no?. Y eran tan odiados por los judíos debido al trato al que fueron sometidos, que nació la historia de una respuesta divina. Pero si tan sólo se trataba de una torre, se pregunta Sitchin:

“¿Por qué la deidad consideró el hacerse un nombre como una hazaña tras la cual nada de cuanto se propongan les será imposible hacer?”

Y pregunto yo:

“¿Por qué demonios hay que estimar real esa historia sobrenatural?”

Ni dios bajó, ni la torre evidentemente iba a tocar los cielos. Al final del Enuma Elish se narra la construcción del zigurat, y dado que los judíos se basaron en él para escribir parte de la Torah, ese final no era el más adecuado para un pueblo, el babilónico, considerado maldito.

Para los que aún no estén convencidos, baste observar ciertos detalles. Sitchin se pregunta para qué demonios iban a querer los obreros “poner un nombre sobre una torre”. Pero eso NO es lo que dice el relato. Veamos las diferencias:

SITCHIN
“Vamos a edificarnos una ciudad Y una torre cuya cúspide alcance los cielos, y hagámonos un shem (nave espacial) no sea que nos desperdiguemos por toda la faz de la tierra”

GÉNESIS
“Vamos a edificarnos una ciudad Y una torre con la cúspide en los cielos, y hagámonos un nombre no sea que nos desperdiguemos por toda la faz de la tierra”

¿Quién habla de “poner un Shem SOBRE la torre”?. De lo que se habla, y Sitchin tergiversa, es de UNA CIUDAD (Babilonia, de la cual derivó “Babel”), Y (por añadido) UNA TORRE, es decir, el zigurat de Marduk. El nombre, lo que los haría famosos, el Shem, no es un cohete, sino precisamente la fama por si algún día se perdiese la unidad cultural y todo se fuese al traste. Para ser recordados.

Si aún no está convencido, sigamos examinando detalles. Para hacer tal obra de ingeniería, es decir, la ciudad, el zigurat y ese pedazo de cohete que ya quisiera para sí el capitán Kirk, lo mejor es obrar así:

Génesis 11:3
“Ea, vamos a fabricar ladrillos y a cocerlos al fuego”

¿Y el aluminio, el acero, el titanio?. ¿Y los componentes electrónicos?. ¿Y el combustible?. Con algo volaría la máquina, ¿no?. ¡Un cohete de ladrillos!.

Y ahora pasamos al origen y etimología de “shem” (“nombre”) y “mu”, lo mismo pero en lenguas sumeria y, en este caso, asiria/babilónica. Retal procedente del Enuma Elish:

"Cuando arriba los cielos no tenían nombre..."

Cuya pronunciación en asirio es como sigue (convenciones aparte):

Enuma Elish la nabuu shamamu

Como vemos, el término "sham" tiene mucho que ver con "nombre", y no con "cohete".